miércoles, 23 de noviembre de 2011

Pese a las promesas

Prometí que te esperaría, pero tú también prometiste que no te irías. Ambos rompimos nuestra promesa, no importa quien rompió antes la promesa, lo que importa, es simple y llanamente que ambos la rompimos.

Fuimos consumiéndonos lentamente en un bucle que no nos dejaba avanzar. No era nuestro momento.

Nadie elije de quien se enamora ni porque lo hace, es algo que sucede sin más. Y así tal como de esa extraña manera apareciste como un brillante halo de luz en mi vida, así de la misma manera en que cae la noche tu presencia se esfumó de mi vida.

No importa el cómo, el dónde, el cuándo o el por qué, hay algo que siempre me mantendrá atada a tu sonrisa. Pese a cientos de promesas que se rompan, pese a que el momento no avance y el tiempo yazca detenido en lo que parece estar convirtiéndose una noche eterna.

Recuerda que allí en donde estés mi voz alcanzara tu corazón, alejando la soledad, aferrándonos a aquel sentimiento que nació en un frio invierno y el cual ni el más caluroso de los veranos será capaz de evaporar.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Aunque tú no lo sepas.

Cuando me sonríes siento que se detiene el mundo. Te miro y por una milésima de segundo compruebo que me devuelves la mirada junto con una sonrisa. Tiñendo así mis mejillas de un escalofriante calor que recorre todo mi cuerpo hasta hacerme sentir… ¿Tensa? Sensaciones nuevas e inexplicables. Pero esa ligera sonrisa consigue embobarme durante horas. Consigue mantenerme totalmente embelesada en un mundo que es hermoso, solo porque tú me has dedicado una sonrisa. Que es hermoso a su manera porque hay más de un motivo por el cual sonreír.
Que es hermoso porque tú eres feliz.

Y es por esa sonrisa que soy una egoísta que desea seguir viéndotela por siempre.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Tengo derecho.

Tengo derecho a equivocarme y no ser perfecta.
Tengo derecho a tener defectos y virtudes, aunque no se compensen.
Tengo derecho a ser yo misma sin avergonzarme.
Tengo derecho a decir estupideces porque sí.
Tengo derecho a sonreír sin motivo alguno y a cantar si estoy feliz.
Tengo derecho a ir por la calle caminando con una estúpida sonrisa en la cara y a abrazar a la gente a la que quiero.
Pero sobre todo tengo derecho a quererte.
Tengo derecho a estar a tu lado, aunque tú no me necesites.
Tengo derecho a escribirte textos que nunca leerás.
Tengo derecho a apoyar tus decisiones absurdas.
Tengo derecho a embobarme con tu mirada.
Tengo derecho a ser feliz solamente porque estas cerca.
Y sobre todo tengo derecho a enamorarme de quien me dicte el corazón pese a los cientos de peros, porque tengo derecho a ser feliz a mi manera.

Tu forma de mirarme.

Quiero que sepas que me enamore de ti. No por ti ni por mi, no por tu forma de ser, si no por tu forma de mirarme y sonreír. Esa mirada que me hace estremecerme y temblar cuando se cruza con la mía. Aquella que me hace suspirar y sonreír extrañamente sin que nadie se de cuenta de que por mi interior algo comienza a revolucionarse con tu presencia. Y me siento sacudida por un calor interno que ruboriza mis mejillas.


Así que, quiero que sepas que me enamore perdidamente de ti, y de tu forma de mirarme.